¿Cómo promover que mi hija o hijo tenga amigos?

Tener amigos es uno de los principales factores protectores ante la intimidación. Usted puede ayudar a su hija o hijo a establecer relaciones de amistad:

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Invitando a otras niñas o niños (del colegio, del barrio, los primos o hijos de sus amigos) a su casa para que interactúen y compartan diferentes actividades, por ejemplo jugar en el parque o ver películas.

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Inscribiéndolo en clases de música, deporte, danza, teatro, etc. donde pueda interactuar con personas de su edad. Es importante que su hija o hijo esté de acuerdo y le guste la actividad. Así podrá interactuar con algunos que tienen intereses similares. Además, esto le ayuda a establecer amistades en espacios alternos, lo cual es un alivio cuando le cuesta trabajo tener amigos en el colegio.

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Contándole cómo hizo usted amigos cuando estaba pequeño, de qué cosas hablaba, cómo eran sus gestos corporales al interactuar con otros (por ejemplo: mirar a los ojos), qué actividades hacía con ellos o simplemente cómo se acercaba para empezar el contacto.

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Usted también puede contribuir a prevenir la exclusión social apoyándolos para que integren e incluyan en sus grupos a quienes comúnmente están aislados. Para esto, es recomendable que usted empiece por sensibilizar a su hija o hijo sobre las consecuencias de excluir a otros. Haga preguntas como “¿cómo te sentirías tú si nadie quisiera estar contigo en los recreos?”. Así ellos pueden empezar a idear estrategias para integrar a otros, por ejemplo invitándolos a jugar o iniciando conversaciones con ellos.

Para promover que su hija o hijo adolescente tenga amigos usted puede ayudar así:

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Permitiendo y promoviendo que los amigos de su hija o hijo vayan a su casa. Siendo amable cuando los amigos llamen o visiten.

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Llevándolo a los sitios de encuentro, obviamente si su hija o hijo se lo permite pues a veces esto los puede hacer ver ante sus amigos como “niños chiquitos”.

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Sugiriéndole actividades que puede realizar para interactuar con personas de su edad (por ejemplo, ir a un concierto de su música favorita).

Tenga en cuenta que si usted emite juicios negativos sobre los amigos de sus hijas o hijos, puede terminar alejándolo y haciendo que no le cuente más. Por ejemplo, frases como “a mí no me gusta esa muchachita que viene a visitarte” pueden cerrar una puerta de comunicación que es difícil de volver a abrir.

 

En cambio, frases como “¿cómo te sientes cuando estás con tu amigo?” permiten acercarse para explorar con ellos sus relaciones sin que los hijos se sientan juzgados.