Recuerde que lo más importante es escuchar a su hijo con atención.
A veces nos sentimos tentados a interrumpir con preguntas mientras ellos están hablando o contándonos algo. Escuche con atención y hágale saber a su hija o hijo que es importante lo que siente. Una vez su hija o hijo termine de hablar, puede hacerle preguntas como:
Recuerde que la intimidación escolar se da en la mayoría de los casos por fuera de la supervisión adulta. Es normal que en el colegio o en la casa no se sepa con certeza si la niña, niño o adolescente están involucrados en situaciones de este tipo. Por eso, usted debe prestar especial atención a los signos que puedan estar indicando que su hija o hijo necesita una mayor atención.
También es posible que su hija o hijo no esté directamente implicado en algún caso de intimidación, pero sí que observe situaciones de este tipo; eso quiere decir que no es víctima ni intimidador, sino observador.
La función que deben cumplir los observadores o terceros es muy importante a la hora de frenar la intimidación; sin embargo, rara vez intervienen por miedo a perder amigos, a que les digan “sapos” o a ser agredidos por los intimidadores. Por esta razón, es importante que usted esté enterado de lo que sucede en el colegio de su hija o hijo y le enseñe a cómo actuar asertivamente frente a situaciones de intimidación, es decir que le ayude a actuar de manera firme, pero sin necesidad de agredir a los demás. Tenga en cuenta que la acción de su hija o hijo puede ser de gran ayuda para evitar que otros sean agredidos, si aprende a intervenir de manera asertiva.
Además, aprender a frenar situaciones de intimidación es muy importante en la formación de la personalidad moral y en el desarrollo de valores. La sociedad actual está llena de ejemplos de situaciones en las que se hace daño a otros y en las que los observadores que podrían frenarlas se mantienen indiferentes (por ejemplo cuando vemos que alguien lastima a otra persona, o la roba).