¿Qué puedo hacer si mi hija o hijo me cuenta que es testigo de intimidación?
Valore la confianza que ha tenido en usted y el interés que muestra por el bienestar de sus compañeros y asegúrele que usted hará lo posible por ayudarle a manejar esa situación. Puede decirle frases como: “me gusta mucho que te preocupes tanto por tu compañero como para contarme qué es lo que le está pasando”.
Converse con su hija o hijo acerca de las consecuencias negativas que puede tener la intimidación escolar y resalte que este tipo de conductas no tiene ninguna justificación. Analicen juntos qué sucede cuando se queda mirando la situación, cuando se ríe o cuando la alienta o “hace barra” y analicen juntos qué tipo de acciones pueden reemplazarlas para contribuir a que la intimidación pare.
Si su hija o hijo está de acuerdo, informe al colegio acerca de la situación para que se tomen acciones al respecto. Si inicialmente no está de acuerdo, intente averiguar cuáles son sus razones para no informar. Piensen juntos en la responsabilidad de actuar a favor de quien está sufriendo la intimidación. Intente llevar a que su hija o hijo reconozca el dolor que puede sentir la víctima en esa situación.
Motive a su hija o hijo para que plantee y ponga en práctica estrategias que le permitan proteger y defender a la víctima de la intimidación escolar. Enséñele a ser asertivo y a intervenir en momentos de intimidación con frases como: “no lo moleste más, ¿no ve que a él no le gusta?”.
Hable con su hija o hijo sobre cómo responderles a quienes dicen que meterse es ser sapo.
Pida a su hija o hijo que invite a otros compañeros a defender de manera asertiva a la víctima, especialmente en casos en los que pueda ser riesgoso intervenir solo. Recuerde que es importante que logre manifestarles a sus compañeros que la intimidación es inaceptable.
Invite a su hija o hijo a integrar a la víctima a su grupo de amigos. Es posible que debido a que la víctima suele ser rechazada por los estudiantes, su hija o hijo inicialmente se muestre poco dispuesto a hacerlo, así que sugiérale empezar con aproximaciones cortas (por ejemplo, una conversación casual) que les permita empezar a conocerlo y a reconocer algunas cualidades que posteriormente vayan facilitando que decida incluirlo.