¿Cómo sé si mi hija o hijo intimida?
Hay dos tipos de niñas y niños que son más propensos a intimidar a otros:
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Los que son muy reconocidos por sus compañeros, son populares y tienen el deseo de dominar las relaciones que se dan en el salón de clase.
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Los que tienden a ser aislados socialmente, son presionados por sus compañeros y tienen dificultades para reconocer sus sentimientos y los ajenos
Adicionalmente, hay otra serie de características pueden estar indicando que su hijo es propenso a intimidar a otros niños o jóvenes en su grupo:
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Le gusta hacer bromas pesadas, poner apodos o humillar a otras personas.
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En repetidas ocasiones insulta y/o agrede físicamente a otras niñas, niños o adolescentes (pueden ser amigos/as, primos/as, hermanos/ as, etc.).
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Si es hombre, es posible que sea más fuerte y grande que el resto de sus compañeros.
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Trata de conseguir lo que se propone por todos los medios, ya sea dominando a otros o amenazando.
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Si trata mal a otros, no se siente mal después.
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Maltrata a los animales.
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Frecuentemente es impulsivo o se pone de mal humor.
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Le cuesta trabajo adaptarse a las normas y seguirlas
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Tiene amigos involucrados en conductas antisociales o problemáticas (volarse del colegio, peleas, consumo excesivo de alcohol, robos, etc.).
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Cuando habla de sus amigos o compañeros se refiere a ellos de forma despectiva y peyorativa; por ejemplo, diciendo que son bobos, inútiles o que se la dejan montar.
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Le gusta ser popular y llamar la atención. Si usted sospecha que su hija o hijo puede ser intimidador en su colegio, es muy importante que abra canales de comunicación con él. Ser firme y amable con
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su hijo le puede ayudar a explorar la situación y a crear un sentido de responsabilidad. Ser firme y amable significa que en la conversación le puede mostrar que lo respeta y lo valora, que tiene opciones sobre cómo actuar, pero que son limitadas y siempre deben demostrar respeto por los demás.
De todas maneras, explíquele a su hija o hijo que intimidar a otros es inaceptable, y ayúdelo a reconocer el efecto que la intimidación produce en las personas que la sufren.
En estas situaciones los regaños son contraproducentes. Pueden generar resentimiento, deseo de venganza, rebeldía o retraimiento.
Lo recomendable es buscar nuevas formas de comunicación, porque estos comportamientos lo que hacen es cerrarlos.
Por eso la sugerencia es iniciar una conversación amable y firme en la que le pregunte si en su colegio se dan casos de intimidación y en caso de que sí los haya, pregúntele qué hace cuando esto ocurre.
