¿Cómo puedo ayudar a mi hija o hijo si es víctima de ciberacoso?
Para empezar, es importante que usted sepa con quiénes chatean sus hijas o hijos, qué páginas visitan, si tienen una página personal, qué clase de conversaciones tienen, si publican fotos de sí mismos o no, o si participan de algún tipo de foro o blog. Esta información le permitirá brindarle una mejor ayuda a su hija o hijo. Recuerde que en estas situaciones, la confianza que su hijo tenga en usted es clave.
Teniendo en cuenta la aparente distancia que brinda el Internet, su hija o hijo puede estar tentado a responder de manera agresiva a quien lo intimida. No permita que esto suceda: al igual que en la intimidación en el colegio, responder agresivamente puede llevar a que la situación empeore.
Al igual que en los casos de intimidación en el colegio, es importante que usted no regañe a su hija o hijo por la situación, antes de haber hablado sobre el tema. Un ejemplo de esto es castigarlo al encontrar un mensaje agresivo en su correo, sin averiguar si fue su hija o hijo quién inició la agresión o si estaba respondiendo, aunque de manera errada. Los mensajes pueden ayudarle a identificar al intimidador, así que pídale que no los borre y guárdelos en una carpeta especial.
Si puede, evite que su hija o hijo lea estos mensajes o que tenga acceso a ellos; puede decirle que lo llame cuando vea un mensaje sospechoso y usted lo leerá y lo archivará, evitando en su hija o hijo el dolor de leerlo.
Los servicios de correo electrónico y los de mensajería instantánea proveen la opción de elegir quién puede enviarle mensajes a su hija o hijo. Si han identificado el nombre de usuario del intimidador, bloquéelo (o pídale a su hijo que lo bloquee) para impedirle que siga enviándole mensajes.
Si la situación continúa, invite a su hija o hijo a que cambie su cuenta de correo y sólo la comparta con personas de su confianza.
En la Ley 1620 el ciberacoso está considerado como una situación Tipo II; es decir, una situación de intimidación escolar. En ese sentido, es importante que usted informe al colegio acerca de la situación para que se pueda poner en marcha la ruta de atención correspondiente en este caso. Hable con su hija o hijo y con sus profesores para saber si estos incidentes están relacionados con algún problema de intimidación física o verbal en el colegio. Si es así, trabaje de manera conjunta con ellos para frenar la intimidación.